TEATROS DEL CANAL
CARLOTA FERRER /
DRAFT.INN
presentan
EL ÚLTIMO RINOCERONTE
BLANCO
Versión sobre El pequeño Eyolf de Ibsen donde
conviven palabra e imagen, teatro y danza, tradición y modernidad
Lo nuevo de Draft.Inn, la compañía de la actriz y directora Carlota Ferrer y del dramaturgo José Manuel Mora, mira a
Ibsen después de mirar a Lorca. El tándem creativo que conforman ha cuajado ya
un puñado de montajes donde la palabra convive con la imagen, el teatro con la
danza y la tradición con la modernidad. Ese sello característico va a estar
también en esta versión libre sobre El pequeño
Eyolf, un texto de la etapa final del autor noruego (fechado en 1894) que
rara vez se ha montado por aquí.
Ferrer y Mora quisieron dialogar desde nuestro
presente con una obra escrita hace 120 años porque encontraron una historia tan
fascinante como inquietante en la relación de sus dos protagonistas, el
matrimonio formado por Allmers y Rita, con el hijo de ambos. Allmers, al
principio, es un hombre entregado en cuerpo y alma a su trabajo de escritor y
pensador y al libro que lleva tiempo confeccionando sobre la educación de los
hijos. Rita siente que no entra en esa ecuación. Pero un acontecimiento
fortuito en un viaje por un fiordo da un giro de timón inesperado en la vida de
ambos, cuando Allmers renuncia a seguir con su libro para pasar de la teoría a
la práctica y ocuparse, de verdad, de la educación de su hijo, el pequeño
Eyolf, del que realmente Rita no se ha ocupado nunca como madre.
José Manuel Mora, que ha intervenido en el
texto para rebajar su tono melodramático, propio de la época, asegura sin
embargo que, “de ese melodrama noir, seco, nórdico que
plantea la obra en un principio, la historia acaba proponiendo un drama
existencial, metafísico y espiritual. Los diálogos de la pareja son de un
voltaje emocional tremendo, son puro Bergman. Y el texto contiene unas imágenes
poderosísimas”. La obra les interesó porque encierra un conflicto absolutamente
contemporáneo: la responsabilidad de todos, hombres y mujeres, sobre lo que
dejamos a quienes nos suceden y, sobre todo, esa asunción o no del mandato
biológico de la maternidad.
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